Gobernados por el narco. ¿Graco: omisión o cómplice?

A veces no dan ganas de hablar de los temas de la inseguridad pública que vemos y escuchamos, pero llega un momento que los acontecimientos son tan graves y del dominio público local, nacional e internacional, que no podemos callar y denunciar, aun a pesar de que otros permanezcan mudos e impávidos.

El mensaje que la delincuencia organizada envía a la sociedad constituye una clara amenaza para todos, y una afrenta para la autoridad, reflejada en la imagen de un presidente municipal de rodillas, que nos indica que la impunidad campea a lo largo y ancho de las tierras que en algún día fueron defendidas por el General Zapata.

Un Ayuntamiento completamente cerrado, con sus empleados y regidores atrincherados en sus casas por miedo, es el peor mensaje que podemos recibir y enviar al país y al extranjero.

Los servicios básicos en Mazatepec han dejado de funcionar y no se ve ni al Congreso de Morelos y tampoco a la autoridad gubernamental dispuesta a intervenir, mientras la sociedad de aquel lugar sufre más miedo.

La licencia o renuncia de Jorge Toledo Bustamante al cargo de Presidente Municipal, constituye un elemento fundamental para asegurar sin empacho, que la delincuencia controla amplios espacios del espectro público, y es quien manda por las tierras del sur de Morelos.

El mando único como responsable de la seguridad de las personas en ese lugar, fue vencido sin usar más que la violencia en contra de los ciudadanos, generando un clima de incertidumbre, molestia y dolor en las familias de Morelos.

¿Qué podemos esperar los ciudadanos de a pie, si a 10 minutos de la capital, en el municipio de Temixco fue asesinada en la casa de sus padres la Presidenta Municipal Gisela Mota, a quien no la dejaron ejercer el cargo ni un día completo? ¿A qué santo debemos encomendarnos si a 40 minutos de Cuernavaca, un Cabildo completo abandona el barco por miedo a los delincuentes? ¿Quién podrá defendernos?

No cabe la menor duda de que vamos por mal camino, y que si la sociedad se calla podríamos vivir en un tiempo no lejano escenarios como los de Tamaulipas, donde la delincuencia es capaz de bajar un helicóptero con armas de alto poder, o donde la lucha entre bandas puede apoderarse del centro de una ciudad capital para hacerla escenario de sus enfrentamientos.

Nadie quiere eso para Morelos, porque a todos nos afecta por igual; a las autoridades porque las pone en vergüenza, en clara falta por falta de capacidad y respuesta, a pesar de las multimillonarias inversiones que en ese rubro se han realizado en casi cinco años. Pero la realidad no cambiará callando.

En valiente actitud, esta casa editorial contrasta el dicho con el hecho. Una la realidad que nos pintan o quieren pintar las autoridades; otra la que vivimos todos los días, desde los robos hormiga en las calles hasta los homicidios cometidos con total alevosía, ventaja y a traición.

La Constitución Federal y local dicen con claridad diáfana que el responsable directo de la seguridad pública en la Entidad es personalmente el Gobernador; en el caso particular de Morelos, este Gobernador con toda valentía se hecho a cuestas toda la carga y la responsabilidad estatal y municipal en materia de seguridad. Formó el mando único y le retiro a los Municipios cualquier posibilidad de intervenir en estos casos.

¿Ahora qué nos va a decir? ¿Porqué no interrumpe su viaje por Japón y viene a enfrentar la grave situación que prevalece en Morelos? Cuando ocurrió el socavón del paso exprés apenas el 12 de julio pasado, estaba de viaje en Monterrey y allá se quedó a pesar de la gravedad del caso. ¿Otra vez seguirá ausente aún cuando hay un ayuntamiento cerrado por el miedo?

Este es nuestro Morelos de contrastes.

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